¿Qué son las enfermedades crónicas?
Según la OMS, las enfermedades crónicas no se transmiten de persona a persona, son de larga duración y por lo general evolucionan lentamente. Los 4 tipos principales de enfermedades crónicas son las enfermedades cardiovasculares (como infartos del miocardio y accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes. Recientemente la misma OMS aceptó a la obesidad como una enfermedad crónica no transmisible.
Las enfermedades crónicas, no transmisibles, asociadas a la nutrición, se han convertido en un problema de salud pública en el mundo. La obesidad y diabetes tipo 2 constituyen verdaderas amenazas para la salud de la población mundial, y se espera que para el 2030 la prevalencia de la diabetes se duplique de 171 millones en el 2000 a 366 millones en el 2030, con un incremento máximo en la India, al mismo tiempo que la obesidad está aumentando de manera importante en países en vías de desarrollo.
Estas enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad avanzada, pero la evidencia muestra que todos los grupos de edad (niños, adultos y ancianos) son vulnerables a los factores de riesgo que favorecen las enfermedades no transmisibles, como las dietas malsanas, la inactividad física, la exposición al humo de tabaco o el consumo de alcohol en exceso.
El 80% de las muertes por enfermedades crónicas se dan en los países de ingresos bajos y medios.
“Diversos estudios señalan que las personas en situación de pobreza en general consumen alimentos ricos en calorías, pero deficientes en nutrientes esenciales que son más económicos y accesibles para ellos. De esta manera se incrementa el consumo calórico excesivo, sin que se promueva la ingesta de otros micronutrientes, fibra, ácidos grasos esenciales y proteínas, necesarios para lograr un adecuado estado nutricional y por ende contribuir a un estado de salud óptimo.”
“…actualmente a nivel global, y Venezuela no escapa de ello, vivimos en un ambiente obesogénico que condiciona la presencia de enfermedades crónicas asociadas al exceso en el consumo no necesariamente saludable de calorías, que se acompaña de sedentarismo importante…»
¿Cuál es la situación de Venezuela?
En Venezuela, la Federación Nacional de Asociaciones y Unidades de Diabetes y la Sociedad Venezolana de Medicina Interna han reportado una prevalencia de Diabetes tipo 2, alrededor del 7%, y una prevalencia de hipertensión arterial de 26% con predominio en la mujer.
Esta situación de salud pública debe llamar a la reflexión, debido a que estas enfermedades tienen como sustrato fundamental la malnutrición por exceso y, recientemente se han asociado con la pobreza e inequidades sociales, las cuales limitan el acceso a un cuidado de salud adecuado, a alimentos saludables y a un entorno que permita la actividad física de manera segura.
Diversos estudios señalan que las personas en situación de pobreza en general consumen alimentos ricos en calorías, pero deficientes en nutrientes esenciales que son más económicos y accesibles para ellos. De esta manera se incrementa el consumo calórico excesivo, sin que se promueva la ingesta de otros micronutrientes, fibra, ácidos grasos esenciales y proteínas, necesarios para lograr un adecuado estado nutricional y por ende contribuir a un estado de salud óptimo.
En este sentido, el Instituto Nacional de Nutrición reportó para el año 2010 una prevalencia de obesidad de 55% en adultos y 25% en los menores de 17 años. Esta prevalencia fue más alta en el medio rural, donde se ha reportado 76% de sobrepeso y obesidad en adultos de comunidades en el estado Trujillo.
Así pues, actualmente a nivel global, y Venezuela no escapa de ello, vivimos en un ambiente obesogénico que condiciona la presencia de enfermedades crónicas asociadas al exceso en el consumo no necesariamente saludable de calorías, que se acompaña de sedentarismo importante, presente según ENCOVI 2015 en 53% de la población venezolana.
Es importante destacar que el déficit de calorías y de nutrientes también contribuye al desarrollo de las enfermedades crónicas, es decir, los extremos “se tocan”. El bajo peso al nacer y el déficit nutricional en los primeros años de vida, que se acompaña de un crecimiento compensatorio rápido también contribuyen a aumentar el riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, ambas patologías han venido incrementando su presencia en amplios sectores de la población venezolana, en los últimos años.
Recomendaciones
Las enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, en general, no son percibidas como enfermedades por gran parte de la población, lo cual dificulta el diagnóstico temprano y la prevención de las graves complicaciones que las acompañan. En Venezuela, según ENCOVI 2015, solo 7% de las personas reconoce padecer de hipertensión La hipertensión arterial, la diabetes y la hiperglucemia no controlada son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, el no aceptar que se tiene diabetes o hipertensión o no reconocer el daño que representa la obesidad se convierte en un obstáculo para la prevención de las complicaciones o de las comorbilidades asociadas.
Las políticas públicas orientadas a prevenir y controlar las enfermedades crónicas deben partir desde el origen de las mismas, enfocando los factores asociados y los grupos más vulnerables, con especial consideración a la mujer adulta antes, durante y después del embarazo, así como a los niños y adolescentes. Tener presente que mientras más temprano se inicie el cuidado de la salud, mejor será el pronóstico de estas enfermedades.
También es necesario que el Estado atienda cada zona del país según sus características y potencialidades, para que con su participación se incorporen en la solución de los problemas públicos, en un entorno político y social estable, en el cual la agenda pública para la salud tenga un lugar privilegiado.
Fuentes:
- OMS. Ver: http://www.who.int/es/
- Encovi, 2015. Ver: http://www.rectorado.usb.ve/vida/