En el mundo moderno y en particular en el mundo en vías de desarrollo, a partir de los procesos transicionales epidemiológicos y demográficos que han incluido un cambio en la alimentación y nutrición de la población, se han observado alteraciones en el estado nutricional de los individuos.
En particular, el hecho que la prevalencia de obesidad ha crecido de forma alarmante aun cuando para otros segmentos poblacionales la desnutrición todavía no haya sido erradicada, ha dado origen a un nuevo fenómeno denominado: “la Doble carga de la malnutrición: obesidad-desnutrición”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que alrededor de 2,8 millones de personas mueren cada año a causa del sobrepeso y la obesidad y que el 45% de las muertes que ocurren en los niños menores de 5 años están relacionadas con la desnutrición.
Este fenómeno de la doble carga de la malnutrición es particularmente apreciable en países de medio y bajo ingreso, como Venezuela donde, desde hace algunas décadas se observa una co-existencia de sectores de la población con obesidad, pero en los cuales la presencia de desnutrición todavía era importante.
En el Estudio de Sobrepeso y Obesidad del Instituto Nacional de Nutrición entre el 2008 y 2009 (INN, 2010), en sujetos entre 7 y 19 años se encontró 14,5% de sobrepeso y 9,6% de obesidad y 10,7% de déficit. De igual manera por una combinación de factores es posible encontrar individuos con obesidad o con sobrepeso y con desnutrición en una misma área geográfica, en una misma comunidad incluso dentro de la misma familia. Es así como una madre puede tener obesidad, tener un hijo con desnutrición, un padre con hipertensión y una abuela con diabetes. Se trata que en su génesis concurran varios factores que llevan a que esta situación se produzca y se mantenga.
Una madre adolescente cuyo embarazo transcurre en malas condiciones, con presencia de obesidad por ejemplo, tiene mayor riesgo de presentar complicaciones durante el embarazo y también tiene un mayor riesgo de que su bebé nazca con de la presencia de la doble carga de la malnutrición dentro de una familia. La alta tasa de embarazo en adolescentes, aumenta el efecto intergeneracional de tener niños con bajo peso o exceso de peso, cuyo desarrollo va a depender del ambiente que lo rodea.
La intervención temprana, la lactancia materna y la alimentación complementaria adecuada durante los primeros dos años, son medidas eficaces para combatir los efectos tempranos en las enfermedades crónicas de la doble carga nutricional.
En Venezuela, no se tienen datos acerca de los “binomios madre-hijo” para poder cuantificar el estado de esta situación, lo cual constituye un impedimento para lograr identificar los hogares que puedan presentar esta situación.
En las condiciones actuales, el deterioro en la calidad de la dieta, el sedentarismo, la falta de promoción de la salud y el incremento del estrés, compromete el desarrollo del individuo porque el ambiente no es suficientemente favorable para garantizar el desarrollo integral.
En las zonas urbanas de los países en desarrollo, en las zonas urbanas los cambios en los hábitos de alimentación, debido al impacto de la publicidad de las comidas procesadas, mayor número de personas que comen en la calle y la incorporación de las mujeres al trabajo ha producido cambios en la alimentación con más azúcar refinada, grasas y alimentos de origen animal y mayor sedentarismo, son factores que han contribuido al incremento de la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, que se concentran en los estratos más pobres donde se incrementa la doble carga de la malnutrición, en poblaciones con múltiples carencias.
Recomendaciones
- En los niños alimentados con leche materna, se ha demostrado que el riesgo de obesidad en la edad escolar es 15-25% menor que en los alimentados con fórmulas lácteas.
- Estudios revelan que la ganancia excesiva de peso en edades tempranas se relaciona con un aumento en la prevalencia de hiperinsulinemia, colesterol total, LDL-c y triglicéridos.
- En varios estudios se han encontrado una relación inversa entre el exceso de grasa corporal y el déficit de nutrientes como hierro, zinc, calcio, vitamina D, vitamina A, ácido fólico, vitamina B12 y sodio.
- Las investigaciones sobre crecimiento y obesidad muestran que el aumento excesivo en el IMC para la edad después de los 6 meses de edad se asocia con riesgo cardiometabólico a los 4 años.
- Se viene reportando la coexistencia de la malnutrición por exceso con el déficit de vitaminas y minerales en países desarrollados y en vía de desarrollo.
- En Venezuela, según la encuesta nacional de sobrepeso y obesidad (INN, 2010), se ha dado un aumento rápido de la obesidad en todas las edades, que podría estar acompañado de anemia, y déficit de ácido fólico y de otros nutrientes.
Referencias
- Instituto Nacional de Nutrición (2010). Estudio sobre la Prevalencia de Sobrepeso y obesidad y factores exógenos condicionantes en la población de 7 a 40 años. Venezuela. Comunicaciones institucionales. Disponible en: http://es.slideshare.net/jonbonachon/sobrepeso-y-obesidad-en-venezuela-prevalenciay-factores-condicionantes
- López de Blanco M, Landaeta-Jiménez M, Herrera Cuenca M, Sifontes Y. La doble carga de desnutrición y obesidad en Venezuela. An Venez Nutr 2014; 1: 77-87.
- López de Blanco M, Landaeta-Jiménez M; Macías de Tomei M. Contribución del crecimiento prenatal y posnatal temprano en las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición. An Venez Nutr 2013; 1:26-39.
- Monteiro CA, Conde Wolney L, Popkin BM. Obesity and inequities in health in the developing world. Internat J Obesity 2004;18: 1-6.
- Popkin BM. Global nutrition dynamics: the world is shifting rapidly toward a diet linked with non communicable diseases. Am J Clin Nutr 2006; 84:289-298
- Organización Mundial de la Salud (OMS), 2013. Las muertes infantiles se han reducido casi a la mitad. http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2013/child_mortality_causes_20130913/es/
- Organización Mundial de la Salud (OMS), 2014. Datos sobre la obesidad. http://www.who.int/features/factfiles/obesity/es
Editoras: Maritza Landaeta, Marianella Herrera Cuenca e Yngrid Candela.
