La situación actual arropa los pocos logros que pudieron obtenerse en la salud y alimentación, años atrás, en el país.
Prensa OVS.- Mientras los países y los ciudadanos del mundo se preparan para celebrar este 10 de diciembre el Día de los Derechos Humanos, tras los avances obtenidos en las últimas décadas, Venezuela afronta el difícil reto de restituir dos de los derechos perdidos o vulnerados: el derecho humano a la salud y a la alimentación.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha celebrado varios logros alcanzados en el continente americano en el campo de la salud, desde la disminución en 53% de las muertes de niños por enfermedades que son prevenibles por vacunación (entre 2002 y 2012), pasando por el acceso a tratamientos antirretrovirales que tienen actualmente más del 75% de las personas que viven con VIH en la región, hasta la eliminación de varias enfermedades en países latinoamericanos. Específicamente la eliminación de la lepra en 18 naciones de la región, de la rabia humana transmitida por los perros en 17 países, la interrupción de la transmisión de la enfermedad de Chagas también en 17 naciones, y el logro obtenido por Colombia en 2013 al convertirse en el primer país del mundo en eliminar la oncocercosis, también conocida como la “ceguera de los ríos”, como bien precisa la OPS en sus informes periódicos sobre los avances en salud.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha celebrado varios logros alcanzados en el continente americano en el campo de la salud, desde la disminución en 53% de las muertes de niños por enfermedades que son prevenibles por vacunación (entre 2002 y 2012), pasando por el acceso a tratamientos antirretrovirales que tienen actualmente más del 75% de las personas que viven con VIH en la región, hasta la eliminación de varias enfermedades en países latinoamericanos. Específicamente la eliminación de la lepra en 18 naciones de la región, de la rabia humana transmitida por los perros en 17 países, la interrupción de la transmisión de la enfermedad de Chagas también en 17 naciones, y el logro obtenido por Colombia en 2013 al convertirse en el primer país del mundo en eliminar la oncocercosis, también conocida como la “ceguera de los ríos”, como bien precisa la OPS en sus informes periódicos sobre los avances en salud.
En varias oportunidades la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) realizó reconocimientos por los logros anticipados de las Metas del Milenio, relativas a la erradicación del hambre y la subnutrición en el país, pero actualmente ambas condiciones son un problema creciente en toda la población.
Sin medicinas y sin nutrientes
Las crisis de salud y de alimentación se encuentran cada vez más solapadas. El deterioro en la alimentación ha causado alteraciones graves en el estado nutricional de la población y esto compromete la capacidad de respuesta ante las enfermedades preexistentes y por adquirir.
Además, hay suficiente evidencia científica sobre el deterioro del sistema inmune y la alteración de diversos órganos y funciones del cuerpo humano ante una alimentación y nutrición deficitaria. La situación actual arropa los pocos logros que pudieron obtenerse en la salud y alimentación, años atrás, en el país.
Este 2016 se han agudizado las carencias en los servicios de salud, con el registro de niveles de desabastecimiento en medicamentos esenciales y para enfermedades crónicas que superan el 80%, según la Federación Farmacéutica de Venezuela.
Este hecho incide directamente en el deterioro de la salud de los venezolanos y se suma a la escasez de alimentos básicos como cereales y leguminosas, y al alto costo de varios: proteínas (huevo, leche, carnes), frutas, vegetales y alimentos que contienen ácidos grasos esenciales (pescado y frutos secos).
Todos los grupos vulnerables están expuestos al deterioro nutricional, en especial los pacientes hospitalizados en servicios públicos de salud y los niños, quienes en sus primeros 1.000 días de vida deben recibir nutrientes básicos que permitan su desarrollo temprano adecuado; lo contrario (el deterioro nutricional) puede ocasionar daños permanentes en el individuo.
La tercera Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) realizada por la organización Médicos por la Salud en conjunto con el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), reveló que hasta agosto de 2016 en 76% de los hospitales del país había fallas severas de medicamentos o inexistencia de fármacos, 81% de los centros registraba escasez de material médico-quirúrgico y 87% presentaba desabastecimiento de catéteres y sondas.
Además, 95% de los hospitales del país donde se aplicó la encuesta (92 en total), reportaron fallas severas o inoperatividad de los servicios de laboratorio y 80% no contaba con equipos para tomografías o no funcionaban hace cuatro meses. Esta es la información más reciente sobre la situación hospitalaria venezolana, que además reflejó el deterioro progresivo desde 2014.
Otro de los datos preocupantes hallados en la ENH 2016 se refirió a la alimentación en los hospitales; en 63,6% de los servicios pediátricos no había fórmulas y en 27% de ellos la cantidad era muy limitada. En general, los servicios de nutrición funcionaban con fallas en 70,9% de los hospitales.
La Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Salud evidenció el colapso del sistema público de salud. La mortalidad neonatal pasó de 0,05% a 2%, 40 veces más en 2015 comparado con 2014. Y la mortalidad materna también aumentó, de 0,02% en 2012 a 1,11% en 2015. Hace falta un esfuerzo del Estado en encausar la garantía de la salud materna e infantil.
La censura epidemiológica se ha mantenido durante todo el año. En enero el Ministerio de Salud publicó los boletines epidemiológicos que se había reservado desde noviembre de 2014, pero divulgó hasta la semana 26 de 2015.
No se sabe cómo están y cómo se han comportado las epidemias y enfermedades de notificación obligatoria (más de 70) desde entonces, como el dengue, chikungunya, malaria, la mortalidad materna e infantil, la influenza, VIH, Chagas y otras no menos importantes. El reto es cumplir con el derecho a la información de los venezolanos al menos en el área de salud, pues en la medida en que los ciudadanos estén informados sobre la situación epidemiológica del país podrán prevenir y tomar decisiones acertadas sobre su salud.
Todo lo planteado anteriormente supone la necesidad de que el Estado venezolano implemente políticas públicas de emergencia, junto a organismos internacionales y la sociedad civil, para atenuar el problema alimentario y de salud. Pero también es necesario que prepare un plan estratégico para restablecer los servicios de salud y el sistema alimentario; de esta manera sería posible restituir el derecho humano a la salud y a la alimentación a los venezolanos.
Varios derechos en uno
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el derecho a la salud incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente, y detalla que el goce de este derecho está “estrechamente relacionado con el de otros derechos humanos tales como los derechos a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la no discriminación, el acceso a la información y la participación”. Por lo tanto, los retos que enfrenta Venezuela con respecto a la garantía del derecho a la salud y a la alimentación, ante la situación actual, son amplios.
“Las políticas y programas de salud pueden promover o violar los derechos humanos, en particular el derecho a la salud, en función de la manera en que se formulen y se apliquen. La adopción de medidas orientadas a respetar y proteger los derechos humanos afianza la responsabilidad del sector sanitario respecto de la salud de cada persona”, precisa el máximo ente rector de la salud.