El “coronavirus” es el nombre que se le ha dado a la enfermedad transmitida por el virus SARS-CoV2 que tuvo origen en la ciudad de Wuhan a finales del año 2019.
Los coronavirus son un grupo de virus comunes y reciben ese nombre ya que tienen sus puntas en forma de corona. Normalmente estos virus suelen afectar solamente a los animales, aunque algunos, por diversas razones, tienen el potencial de alcanzar a los humanos. Es muy probable que todos, en algún momento determinado de nuestras vidas hayamos estado en contacto con algún tipo de coronavirus y que lo hayamos pasado como una gripe común. La gravedad del coronavirus varía de acuerdo a la cepa, pueden ocasionar enfermedades leves o moderadas en las vías respiratorias superiores (como una gripe) o, por el contrario, pueden causar infecciones más graves (como una neumonía o bronquitis). Cabe destacar que el SARS-CoV2 es una nueva cepa de coronavirus que se desconocía hasta su aparición en Wuhan.
¿Qué síntomas provoca el COVID19?
Según los últimos estudios desarrollados, el período de incubación medio del virus es de 5,1 días. A los 11,7 días el 95% de los casos sintomáticos se han hecho notar.
Síntomas habituales:
- Fiebre
- Tos seca
- Cansancio
Síntomas menos comunes:
- Molestias y dolores corporales
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Conjuntivitis
- Diarrea
- Pérdida del sentido del olfato
- Pérdida del sentido del gusto
- Erupciones cutáneas
- Pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies
Síntomas graves:
- Dificultad para respirar o sensación de falta de aire
- Dolor o presión en el pecho
- Incapacidad para hablar o moverse
La pandemia nos ha aislado de la sociedad y esto puede traer consecuencias negativas para nuestra salud física y mental ya que al estar encerrados en casa -teniendo o no el virus- interactuamos menos con nuestro entorno y hacemos menos ejercicio de lo habitual. Es recomendable -en la medida de lo posible- mantenernos activos durante el aislamiento, nuestro cuerpo y nuestra mente lo agradecerán, podemos hacer cualquier tipo de actividad física que nos guste o nos relaje. No podemos dejar a un lado nuestra salud mental, ya que la falta de contacto físico con nuestros familiares y amigos, la nueva modalidad de teletrabajo, la ansiedad que produce la enfermedad y muchas otras variantes, pueden interferir en nuestra salud mental, pero por suerte hay muchas cosas que podemos hacer para cuidarla:
- Hay que mantenerse informado, pero en su justa medida. El ciclo informativo de 24 horas, en el que se actualiza minuto a minuto las distintas informaciones sobre el COVID. Esta búsqueda constante de lo que está sucediendo y mantener a las audiencias actualizadas puede ser sumamente angustiante. Saber lo justo, y saber cuándo desconectar nos permitirá cuidar de la salud mental.
- Seguir diariamente una rutina: Levantarse y acostarse todos los días a una hora similar, establecer horarios de trabajo, comidas y descanso.
- Mantener contacto por vía telemática con familiares y amigos.
- Comer saludable.
- Hacer actividades que nos motiven.
¿Cómo prevenir el contagio?
El COVID puede prevenirse siendo muy estrictos con las medidas de higiene, limpieza y distanciamiento social, es muy importante:
- Evitar el contacto con personas infectadas
- Lavarse las manos frecuentemente
- Uso correcto de la mascarilla
- Mantener una distancia de 1.5 o 2 metros entre personas
- No tocarse la cara
- Seguir las recomendaciones que vayan actualizando los expertos
- Vacunación
Si nos sentimos mal y sospechamos que podemos tener el virus, lo mejor es consultar con un médico y quedarnos en casa, la cuarentena juega un papel fundamental en esta pandemia, ya que nos ayuda a evitar los contagios masivos.
Inmunidad del rebaño
La inmunidad del rebaño o inmunidad colectiva es la protección que ejercemos frente a una enfermedad consiguiendo así que la población se vuelva inmune y esto se puede conseguir gracias a la vacunación masiva o por haber sufrido la enfermedad anteriormente. La OMS apoya la idea de lograr la inmunidad del rebaño contra el COVID mediante la vacunación.
Las vacunas ayudan a que nuestro sistema inmune genere los tan deseados “anticuerpos” que luchan contra el virus igual que cuando estamos expuestos de forma real al mismo, PERO SIN enfermarnos.
Para lograr de forma real la inmunidad colectiva contra el COVID, es completamente necesario que una parte considerable de la población sea vacunada, lo que reducirá la cantidad de positivos y por ende, la cantidad de contagios. De esta manera podemos lograr que personas -debido a otras enfermedades o a cualquier otro factor- que no puedan o no tengan acceso a las vacunas, estén protegidas.